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domingo, 15 de septiembre de 2024

Alimentos engañosos

De entre todos los productos de la lista de la compra para esa semana, observó que muchos de ellos eran de último lanzamiento y verdaderamente no servían para mucho. Son esos productos que llaman la atención a primera vista, pero después te das cuenta que no tienen mucha utilidad o son alimentos de pocas cualidades para el cuidado de la salud.

- No todo lo que viene escrito en el envoltorio es verdad -dijo Silvia-. Hay que profundizar en los ingredientes y te darás cuenta que el producto no es demasiado sano.


- Es verdad, estas tortitas tienen un 33% de azúcar, lo que a mi diabetes le vendría fatal -dijo Fernando-.

- Y este chocolate no es totalmente puro, con lo que fastidiaría a mi colesterol -dijo Silvia-. Tenemos un concepto de la alimentación un poco distorsionada y comemos lo primero que nos entra por los ojos, sin saber que puede ser perjudicial para nuestra salud.

- Me estoy acordando ahora mismo de aquellas sopas tan ricas que hacía mi madre, cuando era pequeño. O aquellas croquetas hechas con tanto cariño. Mejorando lo presente, claro -dijo Fernando-.

- Ah, creí que te ibas a olvidar de mis magníficas recetas...dijo Silvia-.


Teresa Ribello.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Pip pelea con un joven

 Pip y la señorita Havisham continuaban dando vuel


tas y más vueltas por la estancia, ante las visitas.

La visita de aquel momento se fue y la señorita Havisham propuso a Estella y Pip que jugaran a los naipes, así que se sentaron. Pip perdió. Él se fijaba en la belleza de Estella y en su joyas, que hacían relucir su rostro.

Después de jugar varias partidas más se fijó el día que Pip volvería otra vez de visita.

Le dieron de comer y le dejaron que diera vueltas para acá y para allá. Se metió en el jardín que descubrió con la puerta abierta. Por allí, Estella había acompañado a las visitas hasta la calle. El jardín era silvestre.

Pip miró a través de una ventana del jardín al interior de la casa. Se encontró con un joven muy pálido y los ojos enrojecidos. Enseguida, este joven vino hacia donde estaba Pip y le saludó. Quería pelear con él y le dio un cabezazo en el estómago. Pip le gano al joven, aunque no terminó muy satisfecho con su victoria. Se despidieron y Pip entró en el patio, donde encontró a Estella.

Teresa Ribello

GG.EE., Charles Dickens

domingo, 1 de septiembre de 2024

ÉPOCA DE MANZANAS

 Es la época de la recolección de la manzana en pleno otoño. Todo el pueblo, cada año, se vuelca en cuerpo y alma con esta fruta. Es el principal medio de sustento de la mayoría de los habitantes de Sagasta, un pequeño pueblo a las afueras de la capital.


Los campesinos empiezan con la labor desde el mes de septiembre, bien organizados, con la fe puesta en que este año sea, por lo menos como el anterior, con gran éxito en cantidad y calidad.

- Buenos días, señor. ¿De qué variedad son estas manzanas? -preguntó el periodista-.

- ¿Quiénes son ustedes? -dijo don Joaquín, el dueño de la finca-.

- Disculpe por no haberme presentado antes. Soy Fernando Porcel, periodista de la cadena 7. Estamos haciendo un reportaje sobre la recolección de la manzana este año -dijo el periodista-.

- Ah, muy bien. Verá, trabajo con dos variedades muy conocidas. Esta que estamos recogiendo ahora es la Reineta Verde y se utiliza mucho para cocinarla asada o preparar tartas, las típicas tartas de manzana de toda la vida.

- Perfecto. Esas tartas tienen mucha aceptación entre la gente -dijo el periodista-.

- Mi esposa las prepara mucho en casa y le salen riquísimas. Si quiere puede pasarse por casa y probarla -dijo don Joaquín-.

- Muchas gracias. Me dijo que también cultivaban otra variedad. ¿Cuál es?

- Ah, sí. La Royal Gala, una manzana también muy popular y se encuentra en casi todos los supermercados. Es de las más dulces y se puede emplear para tomar fresca o incluir en algún postre -dijo el campesino-. Si quiere puede venir a verlas y de paso le invito a casa para probar la tarta.

- Estupendo. Gracias, buen hombre.


Teresa Ribello


domingo, 28 de julio de 2024

Paseando a la señorita Havisham

El día que correspondía, Pip volvió a la casa de la señorita Havisham. Llegó a una tétrica habitación, en la planta baja. Estella le dijo a Pip que se quedara allí hasta que le llamasen. Todos los que estaban allí no paraban de mirarle. Había tres mujeres y un hombre y me dio la impresión de que eran un poco farsantes. Decían: "¡Pobrecillo!".


Después le condujeron hasta la habitación de la señorita Havisham. Le preguntó si quería jugar, a lo que Pip contestó que no, no de muy buena gana. Entonces, la señorita Havisham le preguntó si quería trabajar. Esta vez le contestó con mejor ánimo. Ella le dijo que se fuera a la habitación de al lado y que esperara a que ella fuese.

Luego se dio cuenta que el trabajo que tenía que realizar era pasear a la señorita Havisham por la estancia, todo el tiempo, así que se apoyó en su hombro y empezaron a andar.

Estella apareció en compañía de las tres mujeres y el hombre, y Pip quedó avergonzado.


Teresa Ribello

GG.EE., Charles Dickens





domingo, 21 de julio de 2024

Un domingo de cumpleaños

Fue un domingo estupendo. No hubo tiempo para aburrirse. La reunión de personas cada vez más dispuesta a pasarlo bien. Yo lo puedo decir como testigo y no el único.

En torno a las seis de la tarde ya estaba todo preparado para la fiesta. Aunque era un día de intenso calor, contra eso no se podía hacer nada, pues era el día de su cumpleaños, se pasó genial.


El sitio, que estaba reservado para nosotros desde hacía algunas semanas no podía ser mejor. Situado en lo alto de un monte, desde allí se podía apreciar bastante bien la costa y toda la ciudad.

Miguel, nuestro padre, a pesar de su edad, no se encontraba muy mal de salud. Se le veía erguido, hablando con unos  y con otros y soplando las velas como un chaval. 

Cuando llegó la hora de desenvolver los regalos, se puso de tal modo que hasta hubo que calmarle los nervios. 

Hubo un obsequio que le gustó especialmente.

- ¿Qué es esto? -preguntó mi padre-.

- Es un cuadro de la abuela, para que la tengas más cerca de ti -dijo su nieto-.

Entonces, mi padre no pudo contenerse y rompió a llorar.


Teresa Ribello.






domingo, 14 de julio de 2024

Regalo de un desconocido

El señor Pumblechook preguntó a Pip que cómo le había ido en la ciudad.

Pip soló contestó que muy bien. Solo contestó esa frase y eso no gustó a su hermana Joe, que ya empezaba a amenazarle. 

El señor Pumblechook empezó a interrogar a Pip sobre todo lo que había visto en la casa de la señora Havisham, pero Pip solo contaba mentiras. Pip confesó a Pip todas esas mentiras y este no hacía más que decirle que fuera por los caminos rectos para llegar a ser una persona extraordinaria. "Procura vivir y morir feliz", le decía Joe.


La hermana de Pip había mandado a Pip que fuese a buscar a Joe a Los Tres Alegres Barqueros, con amenza de castigo si no volvía. En un bar que había allí, Pip entró y encontró a Joe con el señor Wopsle y un desconocido. Este volvió la cabeza y miró a Pip. Estaban bebiendo ron y charlando sin parar.

El desconocido regaló a Pip un chelín que se sacó de su bolsillo. Lo envolvió en un papel arrugado y se lo dio diciendo: "Para ti solo". Pip le dio las gracias y salió de allí con Joe.

A la hermana de Pip parece que no le gustó el mencionado regalo y Joe tuvo que encaminarse de nuevo para devolverlo a Los Tres Alegres Barqueros, pero cuando llegó, el desconocido se había marchado. Joe dejó el recado en el bar referente a los billetes.

Aquella noche se durmió con la idea de la nueva visita del próximo miércoles a la casa de la señorita Havisham.

Teresa Ribello

GG.EE., Charles Dickens

Alimentos engañosos

De entre todos los productos de la lista de la compra para esa semana, observó que muchos de ellos eran de último lanzamiento y verdaderamen...