El señor Wopsle salió corriendo con mucha prisa, sabiendo lo que había ocurrido. Dijo que algo había ocurrido en casa de Pip. Al parecer habían entrado en casa de Joe, en su ausencia, y que habían herido a alguien.
La cocina estaba repleta de gente.
La hermana de Pip estaba tendida e inconsciente, sin movimiento. Fue golpeada fuertemente en la cabeza por alguien desconocido.
Pip supuso que podría haber sido su penado, es decir, el mismo que vio limar en los marjales.
El asesino podría haber sido Orlick o aquel extraño hombre que enseñó la lima a Pip, pero después de llegar a varias conclusiones, Pip pensó que no.
Había preocupación por encontrar una enfermera que cuidara a su hermana, hasta que hallaron a Biddy.
Pip pudo disfrutar de la mayor tranquilidad que había ahora en su vida.
Teresa Ribello
GG.EE., Charles Dickens