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domingo, 18 de junio de 2023

No tengo remedio

 Estábamos en un viaje precioso por las islas griegas. Era el ecuador del verano. Habíamos preferido hacer un crucero porque en los anteriores viajes cogimos el avión y el tren. Este año sería distinto.

Éramos varias familias las que convivíamos en el barco.


Entre todos, había una chica a la que llegué a conocer durante el trayecto. Era alta, delgada, pelo negro liso, cortado a melena y piel clara.

Me dijo que venía de Santander y que trabajaba en la industria de las conservas de pescado. Era muy simpática y alegre. Me di cuenta que tenía una zapatilla distinta a la otra y eso me despertó mucha curiosidad. En cuanto pude se lo hice saber, porque realmente no sabía si era porque se había equivocado al elegir el calzado o si era tendencia del momento. Enseguida soltó el vaso del cóctel que estaba bebiendo y se plantó las manos a la cabeza.

- No tengo remedio. Parezco de otro planeta. No, no es tendencia, señora. Son mis despistes... -dijo la chica-.

- No se preocupe, es una de las cosas más graciosas que pueden pasar -dije yo-.

- La verdad es que tengo anécdotas en lo que llevamos de mes, que me faltan dedos para contarlas. Hace unas semanas, estábamos en Venecia, mi marido y yo, en la plaza de San Marcos. Había un gran gentío, y en un momento determinado, cuando sentí la necesidad de estrechar mi mano con la de mi esposo, sin darme cuenta, apreté la de otra persona, la cual resultó ser la de una pobre ancianita que andaba por allí-.


                                                                             Teresa Ribello.

domingo, 4 de junio de 2023

Tiempo desfavorable

 - Hola, ¿cómo estás, Ana? Hacía tiempo que no te veía -dijo Eva-.


- Sí, ¿cómo te va todo? -dijo Ana-.


- Bueno, no va muy mal del todo. Estoy trabajando en un buen sitio, lo que pasa que últimamente estoy teniendo algo de ansiedad. El otro día tuve un brote bastante fuerte -dijo Eva-.



- ¿Tenes mucha presión?


- Sí, y es insoportable. Pero son rachas. Dentro de unos días espero que se pase todo.


- Eso es normal, pasa en todos los trabajos. Si no fuera porque nos gusta hacer nuestra labor... -dijo Ana-.


- En julio se acaba el contrato y no sé si continuaré en el mismo sitio o en otro.


- ¿Tú, qué prefieres? -dijo Ana-.


- A veces, me gustaría que me enviasen a otro sitio diferente, entre otras cosas, por si me encuentro con un jefe distinto, que no esté tan alejado de la actividad que realizamos y que sea una persona más amable y cordial con sus subordinados -dijo Eva-.


- Me vas a permitir que te diga que, posiblemente, esa misma contrariedad te la puedes encontrar en cualquier sitio al que vayas -dijo Ana-. Tengo que reconocer que esto que me estás contando no pasa en mi empresa, pero pasan otras cosas...Y lo de la ansiedad, también es normal que ocurra. Compénsalo con otras actividades relajantes, por la tarde...


- ¿Te apetece comer algo? -preguntó Eva-.


- Bien. En aquel restaurante ponen una comida deliciosa -dijo Ana-.


                                                                           Teresa Ribello.

Alimentos engañosos

De entre todos los productos de la lista de la compra para esa semana, observó que muchos de ellos eran de último lanzamiento y verdaderamen...