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domingo, 29 de enero de 2023

Y de fondo...Bach

 La campaña solo duró dos semanas, pero el trabajo era más duro, si cabe, durante el siguiente mes. Si no se llegaba al objetivo que, desde un principio se había marcado, habría que atenerse a las consecuencias. 


María se sentía un poco agobiada. Era como si estuviese inmersa en una selva de la que no podía salir. Las distancias se hacían cada vez más largas. Muchas veces se veía en un círculo vicioso del que no podía librarse.

Buena muestra de ello era el hecho de que tenía que llevar adelante una hija pequeña, un matrimonio, feliz, pero al que no le faltaban las dificultades, la casa y el trabajo.

La vivienda no era demasiado grande ni demasiado pequeña. Para ellos tres, estaba bien.

Javier, su marido, se estaba afeitando, cuando le preguntó a María si quería que le ayudara en algo.

Colaboraba también en casa, pero no era de los que más arrimaban el hombro.

Era la mano derecha del Director de una sucursal bancaria, en Madrid. Recientemente, su entidad había sufrido un asalto a mano armada y tenía que resolver y aportar datos junto con sus compañeros, sobre lo sucedido por parte de unos delincuentes, a los que todavía no habían localizado. Estos hicieron daño en el brazo de Javier, cuando intentaron lanzarle un objeto pesado, mientras estaba en su puesto como subdirector de la entidad.

Eran muy aficionados a la música clásica. De fondo se escuchaba un concierto para órgano de Bach. 

Ella calentaba una infusión en el microondas y pensaba con ilusión ir al cine esa tarde con su familia.

                                                                                          Teresa Ribello.   

domingo, 22 de enero de 2023

TRABAJO DISTINTO

 Esta semana, con el cambio de trabajo he tenido un bombardeo de información increíble. No sabía por dónde empezar. Y es que todo es nuevo para mí. Pero he sido una artista. Gracias a Dios, he sabido sortear muchas cosas. Vengo de un centro de salud y me cambio a un hospital. Todo totalmente distinto. Demasiada presión. ¿Qué opinión quieres que tenga? Tengo el deber de superarlo todo. Por ejemplo, me remito al lunes (primer día); todo me sonaba a chino. Uno que viene protestando porque no le llega la cita a casa, el otro que quiere cambiar la hora de la cita y propone que sea para más adelante...y yo, ¿qué culpa tengo de todo esto?

- Espere un segundo, señora, tengo que atender el teléfono -dije yo-.

- ¿Me puedes ayudar con esto? -dice mi compañera-.

- Este documento se coloca aquí, y este otro se pone allí... -dice mi otra compañera-.

Ha pasado una semana y me veo más familiarizada con todo. Estoy más tranquila.

De todas formas, me lo tomo con sentido del humor para que no me influya la barahúnda de los primeros días de un nuevo trabajo.

                                                  *******

Esta mañana (sábado) he desayunado con una prima mía, que hacía tiempo que no la veía. Hemos tomado unos pitufos mixtos con café y zumo. Por cierto, tenía que haber pedido de atún con tomate. El mixto no sale igual de bien en todos los bares. Hemos estado hablando de nuestras cosas y experiencias. Mi prima es muy espiritual y le gusta viajar sola a algunos sitios para hacer retiros o ejercicios espirituales. Me contó su experiencia en Medjujorge y cómo notó la presencia de la virgen cerca de ella. Dice que ese viaje le cambió la vida. También ha viajado este diciembre pasado a Loyola y también la transformó.

Esta tarde hemos tenido la reunión semanal en el Carmelo Seglar, con el padre Daniel; muy bonita. Hemos aprendido mucho, entre otras cosas a cómo hacer oración, tanto individual como en comunidad.

Mi madre ya está mejor. Ha tenido reacción a la cuarta dosis de vacuna para covid-19. Yo tengo las tres primeras. No sé si me pondré la cuarta...son ya muchos pinchazos, pero no sé...me lo pensaré.


                                                                                      Teresa Ribello.




domingo, 15 de enero de 2023

UN DÍA EN EL PUERTO

Carlos tenía por delante dos alternativas para pasar el domingo: estar en familia, o con sus amigos. La segunda opción se trataba de pasar un día de montaña y llegar al punto más alto de los montes Azunates. Todo muy tentativo, el único inconveniente es que Carlos tiene miedo a las alturas y eso le provocó gran desilusión, porque le hubiera venido muy bien la escapada al aire puro. Así que no le quedó otra elección que transcurrir el fin de semana en el puerto, que está lleno de entretenimiento, tiendas y bares por todos lados.


Los chiquillos no mediaron palabra ni rechistaron al respecto. Enseguida se les vio dispuestos y entusiasmados con la propuesta, sobre todo por ver los mercadillos y las tiendas, montarse en la noria, comer helado y chucherías. Era fantástico.

- Papá, ¿podremos visitar el barco carabela que ha venido para estar expuesto todo el fin de semana? A mis amigos les encanta. Es de la época de los descubrimientos y, además, dentro te explican con detenimiento el nombre de cada objeto, su funcionamiento -dijo Javier, el mayor de los hermanos.

- Está bien, yo creo que nos dará tiempo a ver muchas cosas. Aunque también vamos con los abuelos. Tenemos que ir al paso de ellos.

El plan estaba completamente diseñado para no aburrirse ni un ápice. Tantas cosas que ver y con tantas características daba para mucho.

                                                         *******

El día se despertó bastante soleado y con suave brisa. El timbre empezó a sonar más temprano de lo normal y es que a estos abuelos, cuando les dan vuelo para salir, o están los nietos, no hay quien les detenga. La abuela Margot lucía un sombrero de ala ancha, tipo pamela, pero más recortada.

- Hace demasiado sol y no me puede incidir en la cara. Enseguida me salen manchas -dijo Margot, retocándose la nariz-.

- Claro, y de paso ostentamos un poquito, ¿no? -dijo su marido Ángel-.

- Perdona, yo no ostento de nada. Como bien sabes, desde que me conoces, tengo la piel muy sensible. ¿Y tú? Adónde vas con esos zapatos, que parece que vienes de la guerra. Mira quién habla. Dejándome a mi por presuntuosa y él llevando unos tanques en los pies. ¡Qué mal gusto!

- Vale, ¡ya! ¿nos vamos para el puerto? -preguntó Carlos-.


(Prohibido mirar el reloj) 

Teresa Ribello.



domingo, 8 de enero de 2023

VENCE AL MUNDO

 Me ha parecido sugestivo poder volver a leer un libro que me cautivó, y de alguna manera cambió mi vida en muchos aspectos. 

Se trata de La leccción de August, de R.J. Palacio. Es un libro que me llenó de ternura, mucha compasión y superación de cosas que pueden hacer daño en tu vida.

Más que nada porque se trata de un niño pequeño, tan vulnerable, pero que a la vez es fuerte y aprende a superar las adversidades que se le presentan en la vida.

El ejemplar que yo tengo es de la editorial Nube de Tinta.


August se siente como un niño normal, pero, en principio, le molesta bastante que la gente se quede fijándose en su cara deformada.

Hasta siente que su familia tampoco le ve como alguien normal, porque ven que hay algo irregular en su cuerpo.

El pequeño, con solo diez años ha tenido que pasar por muchas operaciones y tendrá que pasar por algunas más.

Sus antiguos amigos le siguen saludando. Hay otros que no.

Me llama mucho la atención: "Todo aquel nacido de Dios vence al mundo", una frase muy esperanzadora para todo aquel que se vea en una situación parecida.

Me conmueve mucho el hecho de que para su madre, August tiene unos ojos bonitos...(pág. 19)

                                                                                                      

Teresa Ribello.



domingo, 1 de enero de 2023

Aquel fin de año

 Ese fin de año se juntó toda la familia al completo. Incluso mi hermano, que trabaja en el gobierno de Estocolmo y solo pudo venir para esa fecha. ¡Y menos mal! Con lo que lo echábamos de menos.

Usamos el salón más grande para la cena. Tiene un total de veintisiete metros cuadrados, con lo cual había espacio más que suficiente como para reunirse, no una sola familia, sino hasta dos, y holgadamente. Además, mi salón no está muy apretado de muebles. Me encantan los espacios.

Mi hermano me trajo de regalo unos zuecos de madera de Falsterbo, una hermosa zona al sur de Suecia. Eran hechos a mano, pintados de una forma muy peculiar y con diferentes dibujos; a mi madre le dio ropa de lana: bufandas, guantes, etc.

- Javier, si sabes que aquí no hace tanto frío, ¿por qué me sigues trayendo ropa de tanto abrigo? -dijo mi madre-.

-Mamá, sé que subís todos los fines de semana a la montaña...

-Perdona, hijo. No creas que me he enojado por esa tontería; estaba viendo por la tele a esos soldados que cada día combaten en la guerra y ven crímenes con sus propios ojos. Eso sí que es motivo para enojarse.

Nuestro perro se recostó al lado de la chimenea, tal vez, pensando que muy pronto ya no estaríamos todos juntos. Se encontraba plácidamente bien. Sin nada que reprochar.

                                                                                                    Teresa Ribello



Golpean a la hermana de Pip

El señor Wopsle salió corriendo con mucha prisa, sabiendo lo que había ocurrido. Dijo que algo había ocurrido en casa de Pip. Al parecer hab...