Páginas

domingo, 18 de diciembre de 2022

Entre tartas

 Ayer, no puedo decir que me ocurriese nada desacertado. Por la tarde me reuní con mis hermanas del Carmelo Seglar para compartir nuestras cosas, mientras nos tomábamos unas infusiones con tartas: de chocolate, y de queso y limón. Estaba con nosotras el padre Daniel, de La India. Es nuestro asistente. Se tuvo que marchar pronto, pues tenía que preparar la misa de las siete y media. Este verano ha viajado por vacaciones a La India. Tiene allí a su familia y por eso ha estado en este país durante un mes. Cuando volvió nos trajo un chocolate indio riquísimo, de color blanco. Estuvimos comiéndolo en una de nuestras clases.


La Presidenta de nuestra comunidad no pudo venir por motivos de trabajo. Nuestra formadora tampoco, porque tiene la pierna mal y se está recuperando. Otro hermano está en el extranjero, trabajando por una temporada y, de igual forma, estuvo ausente.

Fue una tarde muy agradable, en la que me limpié de toda la basura que llevaba almacenada desde hace unos días en mi cabeza.

Por la noche, cuando llegué a casa y me miré al espejo, me he gusté y dije: ¡Esta soy yo de nuevo!


Teresa Ribello.

domingo, 4 de diciembre de 2022

La pasión de Mónica

 El reflejo de su pelo se veía en el cristal de la puerta de su despacho. A esas horas se encontraba cansada, después de haber pasado ya seis horas de trabajo. Aun le quedaban tres. Además de llevar la contabilidad, tenía que colaborar en la medición de las estadísticas de la empresa y el control de recepción de materiales.

Era un trabajo que hacía con satisfacción, al ver que todo le salía bien. Claro, eran ya muchos años de experiencia. Pero, ella, con lo que realmente disfrutaba era con otra cosa muy distinta. La escritura era su pasión. Con ella, podía expresar y exteriorizar a los demás lo que sentía, lo que en ese momento quería transmitir, y eso le transformaba por dentro y por fuera. ¿No es maravilloso? A eso se le llama vocación.

Fuese el momento que fuese, esperaba ansiosa la ocasión para poder agarrar el bolígrafo y empezar a contar sus historias.

Sus escritos, todavía no habían trascendido demasiado. Estaba empezando, como quien dice. Sabemos que en este oficio hay que cultivar mucho la perseverancia. Es un terreno muy difícil. Pero Mónica piensa: "Todo tiene que llegar, tarde o temprano. ¿Cómo podría ser que lo contado tan magníficamente no llegase a nadie?"

El sol brillaba con toda su intensidad en la calle. Esta se había convertido en un escenario otoñal precioso para ir después de comer a dar una vuelta con sus mejores amigos.


Teresa Ribello



Teresa Ribello. 

Alimentos engañosos

De entre todos los productos de la lista de la compra para esa semana, observó que muchos de ellos eran de último lanzamiento y verdaderamen...