- No te puedes ni imaginar el volumen de indignación al que he llegado esta mañana en el trabajo -dijo Alberto-.
- ¿Qué te ha pasado? -dijo Bruno-.
- Como te dije, hoy era mi primer día en el nuevo departamento de documentación, que por cierto es un lugar en el que me gusta estar y se trabaja muy bien, dijo Alberto-.
- Sí, ¿y qué?
- Pues nada, el responsable me empieza a explicar el proceso de una manera, como si ya lo tuviera que tener aprendido de casa -dijo Alberto-.
- ¿Te dejó que lo hicieses por ti mismo? -dijo Bruno-.
- Le dije que necesitaba mi tiempo y que no lo iba a aprender todo a la primera ni a la segunda. Se puso nervioso y me pasó a otra sección, así por la cara -dijo Alberto-.
- Jo, todas las personas no somos iguales, unas tardamos más que otras en asimilar las cosas...-dijo Bruno-.
- Pues claro, me pareció un acto de poca consideración por parte de esa persona por no querer dar una oportunidad a alguien que está empezando -dijo Alberto-.
- Los jefes cada vez tienen menos nivel de comprensión y empatía -dijo Bruno-.
Teresa Ribello
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