- La materia de la que os voy a hablar esta semana es algo que ya conocéis de sobra, porque pertenece a vuestro día a día. Os hablaré sobre el poder de los deseos -dijo el profesor-.
- Estupendo -dijo Marco-.
- Pero no de aquellos que tenemos durante la noche, cuando dormimos. No. De nuestros sueños cotidianos. De nuestros anhelos y deseos para nuestra vida futura -dijo el profesor-.
- Profesor, ¿el tema de la semana va a ir relacionado con los sueños?
- Pues sí, señor Rodríguez. Creo, que como estudiantes de primer curso sería interesante abordar esta cuestión, aunque sigáis tratándola en los siguientes años. Por favor, ¿alguien me puede decir un ejemplo de deseo o sueño para la vida futura?
- Un mejor trabajo.
- Viajar.
- Éxito profesional.
- Comer pizza.
[Risas]
Según Platón, existían los deseos necesarios, como la comida, el vestido o el ejercicio de la mente, y los innecesarios, como la tecnología, el helado de fresa, que, aunque estos ayudan a llevar una vida mejor, no desempeñan un papel central -dijo el profesor-.
- Por favor, que nadie me desautorice el helado de fresa -dijo Marta-.
[Risas]
Teresa Ribello