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domingo, 2 de noviembre de 2025

Pip llega a casa de la señorita Havisham

 En el Jabalí Azul, Pip pudo encargar la cena rápidamente. El camarero le preguntó si debía avisar al señor Pumblechook. Pip le dijo que no.

La señorita Havisham había adoptado a Estella y también tenía intención de adoptar a Pip y su intención era criarlos juntos.


Pip tendría que, entre otras cosas, dar luz a las habitaciones por las mañanas, poner en marcha los relojes, encender el fuego de la chimenea, quitar las telarañas, etc.

Cuando Pip amaba a Estella, la amaba porque la consideraba irresistible. Pip la amaba contra toda razón.

Cuando Pip tocó la puerta, le tocaron el hombro por detrás y se llevó un sobresalto al verse cara a cara con un hombre vestido de gris. Era Orlick.

Las instrucciones de Orlick habían terminado ya; le dio un martillazo a la campana y Pip se dirigió al largo corredor.


Teresa Ribello

Grandes Esperanzas, Charles Dickens

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