Pip recibe una carta de Biddy, en la que le comunica, por indicación del señor Gargery, que está a punto de salir para Londres con el señor Wopsle, para ver a Pip.
Estará en el hotel Barnard a las nueve, y en caso de que a esa hora no le viniera bien, hiciera el favor de decirlo.
Su hermana está igual que cuando Pip se marchó. Pip confesaba exactamente qué sensaciones tenía ante la llegada de Joe: perplejidad y molestias. Pero le consolaba la idea de que fuera a visitarle a la Posada de Barnard y no a Hammersmith, porque así Drummle no podría verle.
El lunes por la noche, Pip se dirige a la ciudad para recibir a Joe. Procuró que la mesa para el almuerzo tuviera el mejor aspecto posible.
Aquella mañana llovía un poco. De pronto, oyó a Joe por la escalera. Lo conoció por la forma de subirla, debido a que sus zapatos siempre le estaban grandes.
Se alegraron mucho de verse. Joe observó que Pip había crecido, engordado y tenía mejor aspecto desde que se fue de su lado.
Teresa Ribello
GG.EE., Charles Dickens
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