El impulso le llevó a visitar a su amigo para contarle lo que le ocurría desde hacía algún tiempo. Se vio envuelto en un escándalo del que no podía salir tan fácilmente. Se sentía atrapado entre las garras de aquella situación tan difícil de manejar y aceptar.
Cada vez que llegaba a casa, su sentimiento era como escuchar un trueno de repente en medio de la oscuridad. Su mujer no podía aceptar todo aquello que estaba pasando, y en cuanto aparecía su marido, ella reaccionaba como un globo cuando está a punto de estallar. Y explotaba, exteriorizando todo lo que tenía dentro.
Todo era mentira. Él no estaba involucrado en nada escandaloso ni provocador. La justicia tendría la última palabra.
Cómo un hombre que durante toda su vida había llevado una vida modélica y ejemplar habría podido verse enredado cual insecto en manos de una tela de araña.
Todo lo ocurrido estaba siendo modelado en el borrador de su último relato.
Teresa Ribello

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