Herbert propuso a Pip cambiar a este su nombre por el de Haendel, como el músico, a lo que Pip contestó que sí.
Llegó la cena, bastante apetitosa. Haendel se sentó frente a él.
Mientras comían, Herbert le daba algunas lecciones sobre cómo comportarse en la mesa.
Herbert era un asegurador de barcos, un capitalista, en la City. Dijo que estaba dispuesto a comprar acciones de compañías de seguro sobre la vida, dedicarse a las minas y traficar con las Indias Occidentales, que era un tráfico muy interesante y se alcanzaban muy buenos beneficios. Dijo que desde la oficina hay la posibilidad de observar alrededor.
El lunes, Herbert se marchó a la oficina y Haendel le acompañó: la oficina tenía un aspecto muy triste y no tenía muy buenas vistas. Después fueron a comer a un conocido establecimiento, para luego dirigirse a la Posada de Barnard.
Teresa Ribello
No hay comentarios:
Publicar un comentario