- Lleva usted razón, doña Elisenda. No está la cosa como para tirar cohetes -dijo don Fernando-.
- Claro, en las tiendas de este barrio no quieren vender fiado a nadie, porque creen que no les van a pagar -dijo doña Elisenda-.
- La situación está cambiando mucho. Sobre todo los precios, que están subiendo una barbaridad.
- Adónde vamos a llegar... En julio del año pasado comprábamos mucha fruta para llevarla al campo o a la playa los fines de semana... Me temo que este año va a tener que restringirse la cosa. La fruta está por las nubes.
- Las cosas están encareciendo muy rápidamente -dijo don Fernando-. Y la necesidad sigue siendo la misma. Por lo visto, según los expertos, todo se debe a que la oferta es mayor que la demanda, además, nos tenemos que traer las materias primas de otros países.
- ¿Sí? ¿Usted cree que todo se debe a eso? -preguntó doña Elisenda-.
- Bueno, eso es lo que dice la prensa -dijo don Fernando-.
- Y ¿a esto se le llama progreso? -dijo doña Elisenda-.
- Por lo menos, nos dan la esperanza de que los precios se estabilizarán en 2024 -dijo don Fernando-.
- Mejor cambiemos de conversación. ¿Va a seguir teniendo el mismo horario su panadería para este verano? -preguntó doña Elisenda-.
- No, en agosto no abriremos por la tarde -dijo don Fernando-.
Teresa Ribello.
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